viernes, 27 de mayo de 2011

Abrir y cerrar los parpados, una y otra vez, pestañea. Hincha la tripa de aire, abre la boca, bosteza. Levantandose de la cama, retira la sabana hacia atrás, se sienta en la cama y mira por la ventana, sonríe, "Parece que hoy va ha hacer buen día".
Se lava la cara, "Demasiado fría",  gira el grifo y se seca la cara. Intenta no hacerlo, pero se mira en el espejo, ahí está.
Una y otra vez la misma pregunta, ¿dónde estará la niña que antes se reflejaba allí? Esa niña inocente que jugaba con muñecas y que su mejor amiga era un osito de peluche.
La niña que el día que jugaba al escondite se convertia en el más feliz de su vida. La que lloraba porque se le había acercado un perro o porque se habia dado un pequeño golpe.
La echo de menos. Aveces pienso que porqué tardara tanto en regresar y lo que pasa es que esa pequeña nunca más va a volver, que hace aproximadamente un año se marchó encerrandose en una casa de muñecas.
Que ya nada va a volver a ser como antes, porque ahora ni las cosas van mejor ni van peor, pero, ¿sabes que? Que ya me da igual, a estas alturas, cumpliré uno de mis sueños, ser feliz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario