lunes, 4 de julio de 2011

Porque empiezo abriendo el blog, intento crear una nueva entrada, algo bonito, algo que sienta ahora mismo,
algo, cualquier cosa en la que esté pensando ahora mismo, pero no puedo, me bloqueo. Y de repente te vienen mil y una ideas a la cabeza, las plasmas todas y mientras escribes vas pensando lo bien que debe estar quedando apesar de hace unos pocos minutos tu inspiración era nula, acabas, bien, punto y final y sonries para dentro, ahora solo queda leerlo, cambiar alguna cosa y volverlo a releer.
Después de todo eso, lo borras, y piensas como lo has podido escribir, como teniendo cualquier otra idea estabas pensando en él, en él y en él, como lo has podido trasmitir que hablabas de esa persona sin nisiqueira nombrarla. Cierras el ordenador y te vas a dar una vuelta, cojiendo la chaqueta por si hace frio, si esa chaqueta que te pusiste cuando le diste un leve beso en la mejilla; y otra vez; caminando tranquilamente por la calle te sienta en un banco, sola, hace buen día y entonces, sacas tus cascos conectados al móvil y pones música, vaya esa música que te dijo él que escucharas.
Y por último desistes, ¿para qué evitarlo? Le describes mentalmente, sus labios, preciosos, su sonrisa, encantadora, sus ojos, adorables.
Cierras los ojos e imaginas tenerlo allí delante, tan solo para contemplarlo, más tarde abrazarlo y por último sentir sus labios sobre los tuyos.

Vuelves a casa, enciendes el ordenador y mira, ya tienes una entrada creada, una simple entrada escrita una mañana cuando la inspiración es mínima, cuando has pensado más de una vez en borrarla, pero vaya, dejala, quizás nadiela lea.

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